Cada vez está más normalizada la figura del psicólogo deportivo en los clubes o equipos de muchos y diferentes deportes, hace años esta figura era una rara avis o se observaba como algo casi exótico y de dudosa funcionalidad. En los últimos años, el papel de la psicología deportiva ha ido ganando en relevancia dentro de la comunidad deportiva, estando presente tanto en etapas formativas como profesionales y son pocos los que dudan de su funcionalidad dado que está basada.

A finales del año pasado, el entrenador del primer equipo del Futbol Club Barcelona, Ronald Koeman, hacía la siguiente afirmación al ser preguntado sobre si tal vez sería de ayuda los servicios de un ‘coach’ o psicólogo deportivo delante de la difícil situación que atravesaba su equipo, a lo que el holandés contestó: «no creo en lo psicológico y en las cosas mentales, los buenos jugadores siempre dan un paso adelante». Pongo de ejemplo a Ronald Koeman por ser una figura ampliamente conocida por el público en general.

El término “cosas mentales” puede llegar a ser muy vasto, aglutinando desde el mentalismo hasta la frenología y podría llegar a estar de acuerdo con él en algunos puntos. Respecto a “lo psicológico”, no se trata de creer o no y a continuación explicare el por qué.

La RAE define el verbo creer como: “Tener algo por cierto sin conocerlo de manera directa o sin que esté comprobado o demostrado”. La psicología es una ciencia que estudia la mente y la conducta, es decir, comprueba y demuestra mediante el método científico, aquello que afirma dentro de su campo de estudio. Por tanto, las creencias deberían quedar fuera de la ecuación cuando hablamos de psicología, si habláramos de religión o misticismo la creencia sí tendría cabida porque es necesario un componente de fe, pero en el caso de la psicología tan sólo necesitamos entendimiento, conocimiento y deducción.

También debemos tener en cuenta que la ciencia en cualquiera de sus amplias y diferentes vertientes no es estática, aquello que hoy se afirma puede ser refutado o modificado mañana porque sea comprobado que no era cierto del todo o existía un error de metodología. De esta manera, es como avanza la ciencia, mejorando y ampliando constantemente el conocimiento previo para seguir progresando hacia un mejor entendimiento en todos sus campos de estudio.

La psicología deportiva en su parcela específica en el ámbito del deporte también utiliza el método científico para avanzar en su conocimiento y ayudar a todos los entes vinculados a la escena deportiva: deportistas, árbitros/jueces, cuerpo técnico, entidades deportivas y entorno de los deportistas.

La preparación deportiva debe sostenerse sobre varios pilares y el factor psicológico debe considerarse un elemento más de la preparación del deportista y igualándose en importancia a los aspectos físico, técnico y táctico. Además, en los deportes de equipo, y en aquellos deportes individuales donde los y las deportistas entrenan en grupo, otro factor a tener en cuenta es el trabajo en equipo y la cohesión grupal para que actúe como reforzador del rendimiento del grupo en general.

Sin la preparación mental dentro de la planificación del entrenamiento deportivo nos falta un pilar para que el entrenamiento sea global y no queden aspectos que dejamos a merced del azar.

Al contrario de lo que se pueda pensar, el aspecto psicológico no puede trabajarse sólo en un despacho, es mucho más interesante bajar ese trabajo al lugar donde se desarrolla el entrenamiento y la acción competitiva. Añadiendo en pequeñas dosis el entrenamiento psicológico dentro de los propios ejercicios de la sesión habitual de entrenamiento, se puede conseguir un aumento del rendimiento y una habituación a diferentes factores que aparecen en la competición que dificultar el rendimiento, como son: la presión, el estrés, la incertidumbre, la falta de comunicación,…entre otros.

Introduciendo el factor psicológico en las rutinas de entrenamiento conseguimos entrenar con mayor conciencia, intención y concentración, hecho que radica en un mejor aprovechamiento de la sesión de entrenamiento y un aumento del rendimiento.

Del mismo modo que se añaden componentes físicos a ejercicios técnicos, o se practican elementos técnicos en ejercicios tácticos, el entrenamiento mental puede ser introducido dentro de los mismos ejercicios del entrenamiento.

La manera más efectiva de incorporar el factor mental a la preparación del deportista es introduciéndolo en la planificación de los entrenamientos y como complemento, este trabajo puede ser intensificado realizando sesiones individuales o grupales dirigidas por el psicólogo deportivo.

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